Tienda L'Esprit

Hacía un día espectacular, digno de admirar, pero Rachel tenía demasiadas cosas revoloteando en su cabeza como para percatarse de ello. Estaba molesta, ¿por qué tenía que ir ella a comprar todo el material escolar teniendo elfos? Ese debería de ser su trabajo aunque claro según su madre esa era demasiada responsabilidad para ellos.
Bufó a medida que avanzaba como podía por las abarrotadas calles de Rue le Magie. Dentro de apenas dos días empezaban las clases en Beauxbatons y la gente aprovechaba para hacer sus últimas comprar, tal como Rachel tenía intención de hacer.

Mientras caminaba en busca de una tienda determinada se dio cuenta de muchos magos adolescentes que había por allí, un grupito vestido con feas túnicas largas y oscuras que iban de aquí a allá paseando con orgullo lo que parecía ser el escudo de una serpiente: Slytherin. - ¿Queréis que os firme una foto o algo? - Se dirigió a los chicos para que tuviesen un poco de ese orgullo que decían tener y siguió su camino. Estaba acostumbrada a que se le quedasen mirando a causa del semi-veelismo pero no por eso le gustaba.

Finalmente llegó a la tienda. A simple vista parecía vacía por lo que fue derecha al mostrador y se puso de puntillas inclinándose hacia delante pero nada, no conseguía ver si había alguien. Encontró una especie de campanilla en la mesa y la agitó a la espera de que alguien la atendiera.

Estaba estresada, muy estresada a decir verdad. Sus padres estaban muy ocupados como para llevar a sus hijas a comprar los nuevos útiles para el nuevo año, así que quién había tenido que ir, sola, a comprar las cosas para ella y su hermanita? Hannah. Bufó e intento pasar por en medio de toda la gente que caminaba por Rue le Magie, otra cosa más para ponerla de mal humor, por lo general le gustaba que hubiera tanta gente, pero en las fiestas y cosas así, no cuando ella necesitaba pasar por ahí. Finalmente llegó a la puerta de la primera tienda y, como desesperada, entró.
-Buenos días- saludó al entrar ya que ahí ya había una chica y enseguida se recostó contra unos estantes esperando que la atendieran.

Estaba echada hacia delante en el mostrador cuando escuchó como alguien más entraba en la tienda, por lo que rápidamente se puso en una posición ''más educada''. Se giró para ver de quién se trataba apoyando los codos en los bordes de la mesa, conocía a un sin fin de personas y a la chica que tenía frente a ella, como ya esperaba, también. Le sonaba su cara seguramente de haberse encontrado con ella por los pasillos de Beauxbatons y poco tardó en recordar su nombre. Sabía que era dos años o más pequeña que ella aunque parecía de su misma edad prácticamente.

- Hannah Neit, ¿verdad? - Chasqueó la lengua pensativa pero no tenía la menor idea de a que casa podría pertenecer. Giró su cuerpo nuevamente hacia el mostrador y bufó.- Parece que no hay nadie...vaya pérdida de tiempo.

La chica que estaba junto al mostrador giró la cabeza dejando ver un rostro que ella ya conocía, o por lo menos le sonaba, no era muy buena con los nombres. La miró entrecerrando los ojos y se sorprendió cuando ésta supo decir su nombre
-Si- contesto asintiendo hacia la pregunta de la rubia para confirmar si ese era su nombre. Por más que pensaba y pensaba no le salía el nombre de la chica, sabía que era una compañera de Beauxbatons y que era más grande que ella, pero el nombre seguía sin recordarlo, así que prefirió empezar a verse las uñas pintadas de negro petróleo. Empezó a mover el pie con impaciencia, no era de las que les gustaba esperar y no era nada paciente, era uno de sus mas grandes defectos, nunca esperaba por nadie. Bufó al aire y se acercó a la campanilla que había ahí para tocarla insistentemente.

De detrás de una pila de libros salió una muchacha morena con el pelo en una alta coleta, tenía apariencia de tener entre 20 y 25 años, aunque en realidad tenía unos cuantos más. Miró a las impacientes chicas que esperaban allí y como la de apariencia mas chica y morocha tocaba la campanilla del local bastante impaciente.
-Buenas días- hablo dirigiéndose a la rubia- disculpa la demora, en que puedo ayudarte?.

Rachel esperó con bastante más tranquilidad aparente que la chica que había llegado, quien había comenzado a tocar la campana como si le fuese la vida en ello. Era molesto, muy molesto. Frunció el entrecejo dispuesta a decirle que parara de hacer eso cuando salió de entre las estanterías la que parecía ser la dueña de la tienda, una mujer joven.

- Al fin- . Musitó poniendo en medio del mostrador y dándole una larga lista de lo que necesitaba.- Necesito todo lo de la lista.

Lista.:

La mujer observó la lista mientras la recorría con su uña larga y cuando llegó al final dio dos golpes con la misma.
-Claro, espera un momento por favor.- habló mientras se dirigía a la parte trasera de la tienda, a los minutos volvió con un montón de libros en su brazo y los depositó en el mostrador, los envolvió y los puso delante de la chica. Se volvió a ir pero esta vez hacia la parte derecha de la tienda, cuando volvió traía con sigo una caja con Ampollas de Vidrio y Campollas de Cristal , y otra con una Balanza de Latón. lo dejó todo en el mostrador y con un movimiento de varita un caldero bajó de los estantes más altos y se depositó con suavidad encima del mostrador. Puso todos los objetos exceptuando los libros en el caldero para después envolverlo y con un simple hechizo todo se encogió hasta quedar hecha una envoltura redonda del tamaño de una pelota de tenis, lo puso encima de los libros y por fin miró a la chica.
-Serían 54 galeones- dijo con una sonrisa leve.

Esperó mientras curioseaba a su alrededor aunque lo que le veía no le interesaba demasiado, era una librería ¿qué esperaba encontrar ahí que no fuera libros? Miró a la mujer cuando volvió con todo lo que había pedido y no pudo evitar una mueca preguntándose el por qué no empequeñecía los libros de paso, no le apetecía llevar peso pero teóricamente no se le estaba permitido hacer magia fuera de Beauxbatons. Le entregó los galeones que le indicaba y cogió todas sus cosas para luego salir de allí maldiciendo a los dichosos elfos que no sabían hacer algo tan simple como eso.

Recibió los galeones por parte de la chica rubia y los guardó en el cofre de metal forjado por elfos que usaba para guardar el dinero. Inmediatamente se dirigió hacia la otra chica.
-Que se te ofrece?- preguntó amable.

Miró a la mujer que parecía ser la dueña de la tienda para después descruzar los brazos que anteriormente había cruzado y se acercó mas al mostrador
-Necesito todo esto- dijo tendiéndole una lista con todo lo necesario

Lista:

Mientras la mujer miraba la lista, Hannah empezó a mirar las cosas a su alrededor, algo que llamó su atención fueron las escobas de Quiddicth, así que agrego
-Y también quiero una escoba de Quiddicth

La mujer repasó la lista con la mirada y se dispuso a buscar todo, cuando ya tenía todo encima del mostrador preguntó
-Tienes edad ya para llevar tu escoba a Beauxbatons?- para después pensar que no era realmente de su incumbencia, así que agrego- que tipo de escoba quieres?

Al escuchar el comentario de la mujer que atendía la tienda enarcó una ceja
-Tengo yo pinta de tener 11 años?- dijo bastante ofendida y molesta por el comentario, como la mujer no dijo nada más, simplemente respondió- quiero una Saeta de Fuego

-Serían 111 galeones- hablo diciendo lo justo y neceario

Frunció el ceño ante la cantidad elevada pero de igual forma entrego el dinero. Enseguida recogió todas sus cosas con un deje de fastidio porque pesaban bastante y salió por la puerta de la tienda sin decir nada.